Volviendo de un desierto extraño, ajeno.
Me encuentro con las ruinas de lo que dejé esperando.
Empiezo a juntar las partes de lo quedó. Me gritan: por qué nos dejaste...
Les pido perdón y explico: estuve equivocada, estuve equivocada hasta la enfermedad. Quedan en silencio.
Está todo lleno de polvo. Respiran polvo, se envenenan se antragantan, y
lo escupen. Son un espejo. Es mi mundo, en todo caso mi desierto habrá
quien diga.
¿Quién podría haber destruido este mundo que es mío sino yo?
16/07/2014