domingo, 7 de septiembre de 2014

il postino

Volviendo, llego hasta la puerta y veo a un hombre, el hombre del correo, agachado en el piso, delante del bolso de cartas. La cabeza mirando abajo, con una mano se daba golpecitos en la frente. Parecía que hablaba o que lloraba.

Espero a que pase un poco el furor y le pregunto: ¿estás bien?

- No, le estaba hablando a Dios. Le estaba hablando a Dios porque necesito que me ayude a tomar una decisión. Porque lo que a mí me mata es la indiferencia de la gente. La indeferencia es lo más feo que hay. ¿Vos leíste la Biblia?
- Bueno... algunas partes...
Entonces me cita un pasaje de la Biblia.
- El problema es mi novia. La indeferencia de mi novia. Porque ya hace un año que nos conocemos. Yo le mando mensajes todo. Pero yo no puedo luchar solo. El amor no es así. El amor es un poquito todos los días. Me mandó un mensaje el lunes pasado que fue 19. Y hoy estamos, ¿qué es hoy? Miércoles.... 28! Yo le mandé mensaje el viernes y no me respondió. Le mandé un mensaje el sábado y no me respondió. ¿Y yo qué tengo que pensar? ¿Que no me quiere más? ¿Que está con otro? Que haga lo que quiera en todo caso, ¡pero que me lo diga! Con todas las cosas que pasamos juntos, los momentos difíciles. Y ella está allá en Paraguay y yo qué puedo hacer...
- ¿Ella trabaja en Paraguay?
- No, no tengo idea de qué está haciendo en Paraguay. Pero yo así no puedo. Porque yo soy un tipo que pasó por muchas cosas, mirá. Me acuerdo de mi amigo Dani, Dani Coria, hace tantos años... murió de un tiro en la cabeza, murió riéndose. Y yo fui y lo vi en el velatorio ¿entendés? Lo mismo que Marcos, él trabajaba en la pizzería y yo iba y lo esperaba en la esquina. Y ella tiene 25 años....¡es linda piba! Pero qué te pensás, que porque sos linda....
Entonces yo trato de estar tranquilo, y trato de pensar en Dios. Porque si pienso en mí, trato de no pensar por mí, porque si pienso por mí... ¡A mí me dan ganas de mandarle un mensaje y decirle que se vaya a la reputa madre que la re mil parió y que se vaya a la concha de su madre! Por eso... yo le hablo a Dios, quiero que Dios me dé una respuesta. Porque tengo que tomar una decisión. Hace 5 meses que está en Paraguay. Pero esto no es amor. Amor es lo mío que le escribo, que le pregunto, que pienso en ella. Yo no te digo que me mande mensajes todos los días, pero. Porque yo tengo que defender lo mío. Y yo no sé si ella está pensando en mí como familia. Y si no está pensando en familia entonces no va a estar conmigo, ¿entendés? Así no va estar conmigo. Por eso trato de pensar, de calmarme, de reflexionar. Pero no va, es que no va, no va.....
...
¿Vos cómo la ves?

- Y... si estás tan intranquilo.... es posible que no. La distancia es difícil también...
Pero es como vos decías.... tratá de no odiar, porque no sirve de nada.
- No, ¿no? No, por eso. Por eso yo pienso en Dios. Acordate: Jeremías 7-5 (o algo así).
- ¿Estás esperando a alguien?
- No, quería dejar unas cartas. ¿Me las dejás ahí del lado de adentro?
- Sí, claro.
- ¿Y a vos cómo te va con el amor? ¿Eh? ¿Te va bien?
- Eh...
- ¿No? ¿Pero por qué?
- ... Y... ... Trato de pensar en Dios. ¡Mucha suerte!

28-5-2014