domingo, 7 de septiembre de 2014

Mundo loco

yo no digo, ni recomendaría jamás a nadie, que esté bueno tener mi trastorno y andar por la vida pensando que todo lo que uno hace no está bueno, subestimarse al mango, creer que nadie tiene por qué ni le interesaría nunca considerar los problemas que pueda tener más que meramente para hablar de algo. considerarse tan poca cosa. pero hay unos en el otro polo que se pasan, que yo no sé por qué piensan, asumen de antemano, de antes de todo, que lo que dicen merece y quiere ser escuchado por otros, que al otro le importa o le cambia algo. Y ahí van por la vida, capaz un día te meten un palo en el culo (o dos o tres o veinte) y al día siguiente se les ocurre pensar que a vos te importa saber qué les pasó a ellos para metértelo, aún cuando no tenía nada que ver con vos. tan importantes se consideran, a sí mismos y a sus vidas, tanto se quieren, que hacen daño sin pensar, sin querer (siempre es sin querer, porque nunca te vieron, venían ahí nomás tirando palazos al aire y si te cruzaste en el camino, es una pena, para vos sobre todo, no?) y después consideran que un relato de sus propias vidas tiene una importancia para el otro como para resarcir el daño.
que alguien le explique a esta buena gente que me importa un pepino si la mamá les pegaba de chiquitos o si llevan 50 años sin poder resolver sus conflictos personales o si simplemente habían tenido un mal día y que a veces victimizarse puede ser tan violento como pegar, como insultar o como hacer cualquier daño.
que alguien les pregunte qué sentirían ellos si la mamá que les pegaba les viene a decir muchos años después que por favor la disculpen si los golpes dolieron, es que no pudo hacer otra cosa y espere así dejar todo purgado. patológico. 
y en algunos casos, para colmo, consideran que también querés saber lo que opinan de lo que hacés de tu vida. mamma mia! mundo loco loco

07-09-2014